Despegamos de Lanzarote rumbo a Tenerife Norte, para muchos era nuestro primer viaje en avión. Tras llegar a Tenerife nos encontramos con la lluvia que nos hizo abrigarnos. Pasamos otro control y por fin tomamos rumbo a La Palma. A nuestra llegada nos esperaba la guía, una chica muy simpática llamada Marta y el chofer, un enano de La Palma llamado Miguel. Nos montamos todos con nuestro equipaje en la guagua y nos dirigimos a la residencia. A nuestra llegada nos esperaba el director de la residencia D. Argeo, nos enseñó las dependencia y nos alojamos. Tras "tirar" las cosas en la cama nos fuimos a ver el resto de la residencia, los baños, el comedor, la cancha polideportiva y un parque infantil. Nos pusimos a jugar al fútbol, al baloncesto, a la soga y al disco volador, hastaaaaaaaaa, que se nos cayó la pelota por la ladera, se acabó el baloncesto, se nos rompió el disco, se acabó el ultimate, y sólo nos quedó la comba y el fútbol , ¡ah y que no se nos olvide! ¡DAR LA LATA A LOS PROFES, QUE BIEN!
Llego la hora de la comida y nos sirvieron potaje de lentejas, tortilla, ensalada y peras.
Nos fuimos a descansar, que es un decir, ya que Jose no paró de mandarnos a callar, es más, se tuvo que ir a dormir al suelo con los chicos para ver si así les daba pena y se callaban.
Al llegar eso de las 5 de la tarde, nos fuimos a la capital. En ella vimos: la estatua de lo divino, el ayuntamiento, la plaza de España lugar en el cual se encontraba la Iglesia del Salvador y donde el Padre Díaz que murió cuando se cayó por las escaleras de la plaza, ayudó a crear los papahuevos originarios de la fiesta de la Cruz. En la plaza vimos pasar la comitiva de papahuevos y la bruja piruja. Esta nos dio un par de escobazos, pero nosotros la íbamos a buscar, JA, JA.
Tras estos nos dirigimos a ver la creación de las cruces ornamentales y los mayos. Por último vimos una carabela, que aunque era de cemento daba el pego y creímos que era de madera.
Mientras tanto por el camino el profe no paraba de ser nuestro secretario personal atendiendo las múltiples llamadas de nuestros padres. Es más nos sentíamos tan importantes que subiendo a ver los mayos nos encontramos al alcalde de la ciudad y este se paró a saludarnos y a interesarse por nuestro viaje, ¡es que somos gente importante!
Ya agotados nos dirigimos a la residencia a ducharnos (donde Juana Loli casi se tira de los pelos al ver el jaleo que montamos, pero no sólo por la ducha sino por una lagartija que entró en la habitación).
Para saber más puedes consultar nuestro reportaje gráfico. Para verlo pincha aquí.
Hola,soy la madre de June.
ResponderEliminarYa veo que se lo están pasando genial, y además parece que el tiempo les acompaña.
Bien por ustedes!!!!
Saludos . María José